Mi trabajo se caracteriza por una clara obsesión: el acto compulsivo de generar líneas sobre un plano, el impulso irresistible de incidir en la superficie. Con esta mecánica, las líneas - que nacen controladas e irregulares - se reproducen neuróticamente a sí mismas y generan patrones que se apropian del espacio, permitiendo la existencia de posibles mapas que aparecen ante el espectador como complicadas huellas orgánicas, como estampas que se propagan impulsivamente. Éstas, tratan de convertirse, mediante el acto fáctico y mental del dibujo, en una satisfacción por controlar y poseer, en un alivio momentáneo, en un consuelo fugaz.
La necesidad de ordenar un lenguaje gráfico a partir de grafismos urbanos, da pie a una serie de piezas que describen el proceso de acumulación - como los graffitis - sufren al ser superpuestos unos sobre otros, idea que surge como principio creador de la obra, recolectando placas de acrílico que fueron rayadas, para imprimirlas sobre un mismo papel.
Rescatar las heridas de las cuales son objeto las superficies que encontramos cotidianamente marcadas, con la posibilidad que nos ofrece el grabado, de reproducir y sobre imprimir estos grafismos, asumir entonces el gusto por la cicatriz.
Ensayo para la neurosis, 2009
acrílico/manta
500 x 200 cm.
Cartografía I, 2009
calcografía (P/A)
50 x 60 cm.
Espinas, 2009
tinta/papel
30 x 50 cm
Graffitis robados etapa II, 2011
grabado/acrílico
30 x 75 cm.
Graffitis robados etapa III, 2011
grabado/acrílico
30 x 75 cm.
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